Tan grande como mis incertidumbres y mi perplejidad
un vacío bordea a veces la noche
llega como queriendo adueñarse del alma
pero ella, el alma, a veces se siente plena de certezas.
A veces el alma responde desde ciertas verdades que suele creer
para ganar la batalla
que la conciencia puede perder
frente a la inmensidad del vacío que bordea a veces la noche...
...Y luego amanece.
domingo, 10 de febrero de 2013
domingo, 27 de mayo de 2012
TE ESPERO…
...a ti, mi luz oscura
A veces te espero casi dormida
con el deber cumplido
con la sonrisa finalizando su labor
y casi sin querer
puede ganar la batalla la almohada
A veces te recibo en medio de algún afán doméstico
o de una responsabilidad no cumplida
me es difícil centrarme en nuestro encuentro
soltar ataduras mentales
y echar de lado todo apuro
A veces sencillamente no te espero
mi amor
no es nada más que un momento solo para mí
mis pensamientos y emociones
siempre vuelvo
y nuevamente te espero
En cambio a veces
te espero llena de expectativa y calidez
por fin estamos en igual condición
frente a frente
sin más que nuestro encuentro
eterno momento.
viernes, 18 de mayo de 2012
PENSARME
Con casi todo en silencio
tal vez pueda oírme,
no es fácil,
de todos es sabido...
cuando no hay mucho ruido lo buscamos para no oírnos
Con tanto por decir-me
tanto ruido por callar,
el silencio puede ser doloroso o puede asombrarme
ilusiones, sueños, metas futuras, viejas angustias, soledades infantiles
hay mucho que oír,
¡silencio que voy a pensarme!
Los años vividos, las decisiones tomadas, las acciones no ejecutadas, los sueños alcanzados, el deber cumplido,
el corazón lleno, los lagrimales vacíos,
el color azul, el olor del azúcar al fuego, los deseos,
tantas veces la luna, tantas el mar, siempre la música, muchos sabores...
y un TINTO FUERTE.
tal vez pueda oírme,
no es fácil,
de todos es sabido...
cuando no hay mucho ruido lo buscamos para no oírnos
Con tanto por decir-me
tanto ruido por callar,
el silencio puede ser doloroso o puede asombrarme
ilusiones, sueños, metas futuras, viejas angustias, soledades infantiles
hay mucho que oír,
¡silencio que voy a pensarme!
Los años vividos, las decisiones tomadas, las acciones no ejecutadas, los sueños alcanzados, el deber cumplido,
el corazón lleno, los lagrimales vacíos,
el color azul, el olor del azúcar al fuego, los deseos,
tantas veces la luna, tantas el mar, siempre la música, muchos sabores...
y un TINTO FUERTE.
jueves, 16 de febrero de 2012
EFÍMERO
En esta edad el tiempo es otra cosa:
Tiempo efímero que hace soñar
sólo en recuerdos te puedo notar
pasas volando sin yo verte cruzar
la huella en mi rostro puedo notar
Tu paso se viste de recuerdo
perfume de nostalgia sueles dejar
Tiempo efímero
ráfaga fugaz
sueños en flor
nostalgia en edad.
lunes, 16 de enero de 2012
DE VALIENTES
Eran
sólo 16 años, la maleta llena de sueños
y el corazón crédulo, el puerto de llegada: un país grande, con millones de personas
por conocer y la incertidumbre de lo que vendría. Atrás se quedaba la
seguridad, la ayuda pronta de su madre y de todas las otras madres que siempre
tuvo.
Para
seguir creciendo siempre es necesario incomodarse y el crecimiento es
proporcional al grado de incomodidad que se busque, lo entendió porque la vida le fue siempre llena
de afecto, pero nunca cómoda, vio siempre que todo se consigue con esfuerzo y
ese es el ejemplo que siguió. La meta trazada no es fácil, una cultura, una
universidad, kms de distancia, sistemas institucionales, rencores viejos y
corazones mezquinos, sin embargo no han sido suficientes los huecos del camino
para quebrar la voluntad del valiente y la alegría del comité de aplausos que sigue
intacto, gritando y vitoreando, ensanchado con quienes, viendo la titánica
lucha, se han sentido conmovidos por su valor.
Es
admirable, salir del nido para ir a volar por selvas inhóspitas, mientras a muchas personas hay que empujarles para que
se atrevan, su madre valiente ha llorado para que se quede, porque ha visto los
raspones en la piel. La piel se curte y se fortalece como el alma, con la
experiencia, y se cura con la voluntad y a él le sobran, pero que no crea que
su valor es una cualidad que tiene porque sí, es el ejemplo que aprendió día a
día. Es una historia llena de despedidas y de re-encuentros, en una dinámica
impuesta por las necesidades y los retos, por las responsabilidades y los
amores, por los sueños y las luchas. También es verdad que está llena de brazos
amigos, manos tendidas, abrazos y besos, que llegaron por montón.
Se
crece en razón de las pérdidas, aunque duelan en el alma, la vida comprueba que
cuando se pierde algo o a alguien aparecen personas y situaciones que antes no
se veían, pero con una actitud de vencedores
es posible ver todo lo que deja en evidencia el “vacío” que queda, es como cuando
se quita un objeto que ocupa el frente,
entonces se puede ver el fondo.
Es de
valientes poder ver más allá cuando las certezas ya no están, levantar la
mirada y aprovechar lo hallado y construir lo demás, es el secreto de los valientes
de esta historia.
lunes, 26 de diciembre de 2011
EL BAÚL DE LAS COSAS DE NAVIDAD (III)
EL REGALO DEL NIÑO DIOS:
Esta
conversación ocurrió entre mi vecinito “Luis”, un adolescente de 13-14 años, con cuerpo de grandote, que vive cómodo, en una casa que está
decorada de navidad desde la primera semana de noviembre, que estudia en un colegio privado en el
centro histórico de la ciudad, y
“Jaime”, un niño de 10 años, cuya voz aguda y corta estatura le hacen
parecer de ocho años, que no tiene decorada su casa de navidad porque en la
temporada invernal se inundó y puede volver a ocurrir en cualquier momento, y
que está ubicada en uno de los barrios
más pobres de mi ciudad, que iba y venía todos los días durante sus vacaciones
con unas chancletas porque no tenía zapatos (ya tiene) y por supuesto estudia
en un colegio del estado.
“L”:
¿qué le pediste al niño DIOS?
“J”:
nada
“L”:
¿por qué?
“J”:
porque no
“L”:
¿no quieres nada?
“J”:
no
“L”:
eso es raro…
No
escuché más, no necesité oír nada más, tal vez es que “Luis” no siguió
preguntando, tal vez entendió que no todos
los niños pequeños creen que el niño DIOS va a traer algún regalo,
precisamente porque no trae ninguno, o pudo ser que el mismo “Jaime” se encargó
de explicarle, pero no lo creo porque es de pocas palabras. Para mí fue muy
difícil asimilar el momento, yo sí creí en el niño DIOS y durante mi infancia
hice carta y siempre recibí regalos, hasta que espiando, mi hermana y yo,
descubrimos a nuestra madre colocando amorosa los regalos en nuestras camas,
con total sigilo para no despertarnos.
En
mi turno como madre, mi luz oscura y yo optamos por no decirle a nuestros hijos
que el niño DIOS les traía regalos, siempre les dijimos que nos ayudaba para
que los pudiésemos comprar, pero los amigos, la televisión, y el hecho de que
ellos los encontraban siempre debajo del árbol sin notar cuándo eran colocados
ahí, hicieron que su imaginación construyera la siguiente versión:
“mami
– dijo el más pequeño - ya sé cómo llegan los regalos a la casa (aún ahora
preguntan cómo lográbamos colocarlos sin que ellos se dieran cuenta), el niño
DIOS los ayuda a ustedes a comprarlos, ustedes se los dan a Santa y él los trae
empacados en la navidad”
A
mí me pareció tan mágico y lo vi tan ilusionado que no lo saqué de su error, y
le dije que yo no sabía bien cómo ocurría, que yo nunca había visto quién era,
pero que seguro era algo parecido a como él lo pensaba. Con eso quedó contento,
y yo también.
Afortunadamente
para el mágico corazón de mi pequeño hijo siempre logramos comprar los regalos,
siempre pudimos esconder la caja que llena de juguetes y hermosos detalles les
mandan mi hermana y mi cuñado cada fin de año, y por supuesto, siempre logramos ponerlos bajo el árbol sin que ellos
vieran.
Hace
un par de años, mi vecinito (el mismo del inicio de la historia) le hizo
algunos comentarios a mi hijo pequeño sobre el niño DIOS y los regalos que lo
inquietaron mucho, y de manera equivocada yo creí que era tiempo de decirle que
su versión no era cierta y que los regalos
son comprados por papá y mamá con la ayuda del niño DIOS, como le habíamos
dicho en un principio. Cometí un grave error, mi luz oscura yo los sentamos a
los dos a la mesa y les hablamos de esto, explicamos que éramos nosotros
quienes colocábamos los regalos bajo el árbol, y que Papa Noel no venía a la casa; no terminamos de decir esto cuando
mi hijo rompió en llanto, tal como se había roto su corazón mientras escuchaba
nuestra verdad, estaba desconsolado y fue desconsolador verlo así, yo sólo
había sentido tanto dolor por verle en alguna condición de fragilidad cuando
estuvo enfermo siendo un bebé, es que no paraba de llorar y de decir que no lo
podía creer, que era mentira lo que ahora
le decíamos, que era imposible que Papa Noel no existiera, pero sobre
todo no paraba de llorar – y mi corazón con él -. Debo decir que fue de las
peores experiencias que he tenido en mi vida, no habría querido nunca que ellos
forjaran esa falsa ilusión, pero había ocurrido, pero sobre todo no queríamos
robarle su inocencia, arruinar sus sueños, destruir su “magia”.
Pasaron
meses antes de que su tristeza se disipara, varias veces lo encontré llorando a
solas, y mi corazón lloró con él. El niño DIOS no trae los regalos, ni a mis
hijos, ni a nadie, por eso hay niñas y niños que no piden nada, porque no
llegará lo que piden. La verdadera NAVIDAD es espiritual, los regalos son una
tradición que no debemos atribuirle a la vivencia espiritual, de hecho los
regalos los trajeron los reyes magos al niño DIOS, deberíamos nosotros regalar
algo para él, más amor, más comprensión, más coherencia con su mensaje de
justicia e igualdad social, así todas y todos podríamos participar de los
regalos PARA el niño DIOS, no habría ser humano en el mundo que pudiera decir que
no tiene dinero para celebrar la navidad, esos regalos tienen otro valor.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
EL BAÚL DE LAS COSAS DE NAVIDAD (II) :
CENA DE NAVIDAD:
Sobre la mesa estaba un gran pavo, un brillante jamón glaseado, unas jugosas tajadas de pernil de cerdo horneado, había una bandeja llena de un morenito arroz con pasas, blancas ensaladas de papa y verdes ensaladas frescas, una fuente con un tembloroso flan de caramelo, y una bandeja con un dorado y crocante pie de coco, era un gran banquete, la mesa estaba llena de delicias para todos los gustos. La recuerdo como si fuera ayer, sólo vi mesas de navidad así cuando era una niña, habrán sido unas tres o cuatro veces, eran hermosas, invitaban a la unión y a compartir, y cómo no, si cada núcleo familiar debía llevar un plato, éramos muchas familias en un encuentro para mi inolvidable, tíos y primos y amigos muy cercanos estábamos alrededor de este gran banquete (en una de estas ocasiones recibí mi mesita de te), aún luego de años creo que era maravilloso, mejor que ningún otro.
Sobre la mesa estaba un gran pavo, un brillante jamón glaseado, unas jugosas tajadas de pernil de cerdo horneado, había una bandeja llena de un morenito arroz con pasas, blancas ensaladas de papa y verdes ensaladas frescas, una fuente con un tembloroso flan de caramelo, y una bandeja con un dorado y crocante pie de coco, era un gran banquete, la mesa estaba llena de delicias para todos los gustos. La recuerdo como si fuera ayer, sólo vi mesas de navidad así cuando era una niña, habrán sido unas tres o cuatro veces, eran hermosas, invitaban a la unión y a compartir, y cómo no, si cada núcleo familiar debía llevar un plato, éramos muchas familias en un encuentro para mi inolvidable, tíos y primos y amigos muy cercanos estábamos alrededor de este gran banquete (en una de estas ocasiones recibí mi mesita de te), aún luego de años creo que era maravilloso, mejor que ningún otro.
La
verdad es que en mi casa no tuvimos grandes cenas en navidad alguna (sólo
cuando en un par de ocasiones nos tocó recibir el banquete), a mi papá no le
parecía necesario, él en cambio consideraba perfecto que el mismo 24 de diciembre
fuéramos a algún delicatesen y compráramos un montón de carnes frías edición
navidad y quesos varios, frutos secos, todos
deliciosos, y bien acompañados por un buen vino, pero no tenía calor de cena
(bueno eran carnes FRÍAS), le faltaba mucho. No obstante esta falta era
subsanada más tarde, luego de que mi papá se dormía (casi siempre antes de las
12:00), íbamos a casa de los mejores vecinos del mundo, y nos acogían con gran calor
a mi hermana, mi mamá y a mí, con una buena taza de chocolate, buñuelos y los alimentos
elegidos para la cena; qué bien se sentía ese momento, que fueron muchos,
recuerdo más veces ese chocolate tibio que el gran banquete familiar, y lo
recuerdo con profundo agradecimiento y mucho cariño.
Ahora,
cuando es posible, preparo la cena de navidad y la disfrutamos en casa con
nuestra pequeña familia, mi mamá, mi luz oscura, mi hija y mi hijo, siempre en
el corazón de todos y nunca en la mesa mi niña de ébano, y yo. Me esmero mucho
en preparar lo que a ellos más les guste, dentro de las opciones que yo les
ofrezco, me gusta mucho preparar lomo de cerdo en diferentes salsas, una buena ensalada,
y algún tipo de torta salada que incluya queso, por supuesto un gran postre,
algunas veces una copa de vino, y siempre mucho amor y unión.
Es
un momento mágico, los niños siempre lo prefieren a cualquier otro plan,
hacemos una oración y expresamos nuestros sentimientos a propósito de la
ocasión y de nuestras relaciones familiares, me recuerda mucho a aquel chocolate tibio en casa de los mejores vecinos
del mundo, en la que me sentí siempre ACOGIDA, en estas fechas tan especiales.
Por supuesto luego de la cena… ¡LOS REGALOS!.
Espero
que tengan una cena de navidad llena de mucho AMOR y de los sentimientos
propios de lo que en esta fecha celebramos: el nacimiento de JESÚS.
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