CENA DE NAVIDAD:
Sobre la mesa estaba un gran pavo, un brillante jamón glaseado, unas jugosas tajadas de pernil de cerdo horneado, había una bandeja llena de un morenito arroz con pasas, blancas ensaladas de papa y verdes ensaladas frescas, una fuente con un tembloroso flan de caramelo, y una bandeja con un dorado y crocante pie de coco, era un gran banquete, la mesa estaba llena de delicias para todos los gustos. La recuerdo como si fuera ayer, sólo vi mesas de navidad así cuando era una niña, habrán sido unas tres o cuatro veces, eran hermosas, invitaban a la unión y a compartir, y cómo no, si cada núcleo familiar debía llevar un plato, éramos muchas familias en un encuentro para mi inolvidable, tíos y primos y amigos muy cercanos estábamos alrededor de este gran banquete (en una de estas ocasiones recibí mi mesita de te), aún luego de años creo que era maravilloso, mejor que ningún otro.
Sobre la mesa estaba un gran pavo, un brillante jamón glaseado, unas jugosas tajadas de pernil de cerdo horneado, había una bandeja llena de un morenito arroz con pasas, blancas ensaladas de papa y verdes ensaladas frescas, una fuente con un tembloroso flan de caramelo, y una bandeja con un dorado y crocante pie de coco, era un gran banquete, la mesa estaba llena de delicias para todos los gustos. La recuerdo como si fuera ayer, sólo vi mesas de navidad así cuando era una niña, habrán sido unas tres o cuatro veces, eran hermosas, invitaban a la unión y a compartir, y cómo no, si cada núcleo familiar debía llevar un plato, éramos muchas familias en un encuentro para mi inolvidable, tíos y primos y amigos muy cercanos estábamos alrededor de este gran banquete (en una de estas ocasiones recibí mi mesita de te), aún luego de años creo que era maravilloso, mejor que ningún otro.
La
verdad es que en mi casa no tuvimos grandes cenas en navidad alguna (sólo
cuando en un par de ocasiones nos tocó recibir el banquete), a mi papá no le
parecía necesario, él en cambio consideraba perfecto que el mismo 24 de diciembre
fuéramos a algún delicatesen y compráramos un montón de carnes frías edición
navidad y quesos varios, frutos secos, todos
deliciosos, y bien acompañados por un buen vino, pero no tenía calor de cena
(bueno eran carnes FRÍAS), le faltaba mucho. No obstante esta falta era
subsanada más tarde, luego de que mi papá se dormía (casi siempre antes de las
12:00), íbamos a casa de los mejores vecinos del mundo, y nos acogían con gran calor
a mi hermana, mi mamá y a mí, con una buena taza de chocolate, buñuelos y los alimentos
elegidos para la cena; qué bien se sentía ese momento, que fueron muchos,
recuerdo más veces ese chocolate tibio que el gran banquete familiar, y lo
recuerdo con profundo agradecimiento y mucho cariño.
Ahora,
cuando es posible, preparo la cena de navidad y la disfrutamos en casa con
nuestra pequeña familia, mi mamá, mi luz oscura, mi hija y mi hijo, siempre en
el corazón de todos y nunca en la mesa mi niña de ébano, y yo. Me esmero mucho
en preparar lo que a ellos más les guste, dentro de las opciones que yo les
ofrezco, me gusta mucho preparar lomo de cerdo en diferentes salsas, una buena ensalada,
y algún tipo de torta salada que incluya queso, por supuesto un gran postre,
algunas veces una copa de vino, y siempre mucho amor y unión.
Es
un momento mágico, los niños siempre lo prefieren a cualquier otro plan,
hacemos una oración y expresamos nuestros sentimientos a propósito de la
ocasión y de nuestras relaciones familiares, me recuerda mucho a aquel chocolate tibio en casa de los mejores vecinos
del mundo, en la que me sentí siempre ACOGIDA, en estas fechas tan especiales.
Por supuesto luego de la cena… ¡LOS REGALOS!.
Espero
que tengan una cena de navidad llena de mucho AMOR y de los sentimientos
propios de lo que en esta fecha celebramos: el nacimiento de JESÚS.
Amen!!!
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