Eran
sólo 16 años, la maleta llena de sueños
y el corazón crédulo, el puerto de llegada: un país grande, con millones de personas
por conocer y la incertidumbre de lo que vendría. Atrás se quedaba la
seguridad, la ayuda pronta de su madre y de todas las otras madres que siempre
tuvo.
Para
seguir creciendo siempre es necesario incomodarse y el crecimiento es
proporcional al grado de incomodidad que se busque, lo entendió porque la vida le fue siempre llena
de afecto, pero nunca cómoda, vio siempre que todo se consigue con esfuerzo y
ese es el ejemplo que siguió. La meta trazada no es fácil, una cultura, una
universidad, kms de distancia, sistemas institucionales, rencores viejos y
corazones mezquinos, sin embargo no han sido suficientes los huecos del camino
para quebrar la voluntad del valiente y la alegría del comité de aplausos que sigue
intacto, gritando y vitoreando, ensanchado con quienes, viendo la titánica
lucha, se han sentido conmovidos por su valor.
Es
admirable, salir del nido para ir a volar por selvas inhóspitas, mientras a muchas personas hay que empujarles para que
se atrevan, su madre valiente ha llorado para que se quede, porque ha visto los
raspones en la piel. La piel se curte y se fortalece como el alma, con la
experiencia, y se cura con la voluntad y a él le sobran, pero que no crea que
su valor es una cualidad que tiene porque sí, es el ejemplo que aprendió día a
día. Es una historia llena de despedidas y de re-encuentros, en una dinámica
impuesta por las necesidades y los retos, por las responsabilidades y los
amores, por los sueños y las luchas. También es verdad que está llena de brazos
amigos, manos tendidas, abrazos y besos, que llegaron por montón.
Se
crece en razón de las pérdidas, aunque duelan en el alma, la vida comprueba que
cuando se pierde algo o a alguien aparecen personas y situaciones que antes no
se veían, pero con una actitud de vencedores
es posible ver todo lo que deja en evidencia el “vacío” que queda, es como cuando
se quita un objeto que ocupa el frente,
entonces se puede ver el fondo.
Es de
valientes poder ver más allá cuando las certezas ya no están, levantar la
mirada y aprovechar lo hallado y construir lo demás, es el secreto de los valientes
de esta historia.